Los
programas educativos, y especialmente los programas de educación electoral, pueden
provocar fatiga a las personas. Y, bajo presión, a las personas se les
dificulta desempeñar sus labores de la mejor manera. Esta sección sugiere
algunas formas para ayudar a las personas a mejorar su desempeño.
Ciertamente,
mientras que el programa en sí probablemente marche correctamente, algunas
personas pueden empezar a mostrar síntomas de desgaste y depresión. Éstas se tornarán
egocéntricas y actuarán a la defensiva, y el programa empezará a denotar las
mismas características.
Lidiar
con esto bajo circunstancias estresantes no es nada fácil, y posiblemente no
existan ni recursos ni tiempo disponible para darles a las personas un descanso
real. Sin embargo, hay ciertas cosas que pueden ayudar tanto al personal como a
los voluntarios.
Reconocimiento
Los
gerentes y los líderes de equipo tienen que desarrollar sistemas para reconocer
y confirmar el buen desempeño. Deberán identificar este desempeño de varias
maneras, con el fin de asegurarse de no enfocarse sólo en una estrecha parte
del comportamiento.
Equipos reducidos
Integrar
y mantener pequeños equipos en los cuales las personas puedan encontrar apoyo para
su propio trabajo y puedan, a su vez, ayudar a otros. Es probable que dichos
equipos estén compuestos sobre la consecución de objetivos en vez de tener una
orientación especializada. Pero, de entre estos equipos, una organización puede
construir grupos afines, que reúnan a investigadores o administradores con un
perfil específico.
Las
reuniones de ambos grupos se deben llevar a cabo durante las horas laborales:
el tiempo invertido en el mantenimiento no debe ser el de las personas.
Celebrar
Los
líderes de los equipos tendrán que encontrar oportunidades para celebrar. Los
cumpleaños, días de fiesta, especialmente aquellos que conmemoren los derechos
humanos y los hitos democráticos, así como otros momentos similares,
proporcionan una oportunidad para que las personas se reúnan y celebren la
importancia de su trabajo y el de los demás. Curiosamente, el día de las
elecciones y sus consecuencias pueden ser una terrible decepción para los que
trabajan en educación electoral. La naturaleza apartidista de su trabajo los
deja fuera de la competencia real y de las emociones que conlleva; y el hecho
de que trabajen hasta el último minuto preparando asuntos administrativos, por
lo general, significa que no podrán ocupar puestos en las mesas de votación.
En
Sudáfrica, fue producida una camiseta especial para los trabajadores
electorales, para que no se sintieran desplazados de todo el barullo.
Cuando
no es posible que los programas educativos liberen a su personal para
participar de lleno el día de las elecciones, se deben hacer arreglos especiales
para asegurar que el personal y los voluntarios tengan la oportunidad de
celebrar el cierre y previsible éxito de su labor.
Ser administrativamente competente
Aspectos
tales como el pago tardío de los salarios por los servicios recibidos, nombres
mal redactados en los certificados, exclusiones de las listas internas de
correo, decisiones postergadas sobre políticas y prácticas, la espera por la
papelería y los materiales necesarios para realizar el trabajo, tienen un
efecto debilitador sobre las personas. Estas situaciones pueden evitarse si
existe una administración adecuada y profesional del programa.
Lidiar con las terminaciones y la
conclusión de actividades
Es
importante la moral del personal y los voluntarios. Ningún programa puede darse
el lujo de tener personas que abandonen el programa en el último momento.
A pesar de todo, no son sólo los programas
los que concluyen cuando una elección llega a su término, sino también el
empleo de muchas personas. Así, en los momentos más agitados, el personal
piensa en su próximo empleo, o en la posibilidad de quedar desempleados. Los
programas deben, entonces, organizar los contratos de tal forma que estos
finalicen con la elección o asegurar que las personas puedan resolver su futuro
con anticipación. Esto ayuda a tener claridad sobre los acuerdos y contratos,
determinando el tiempo de empleo, evitando que lleguen a distraerse a última
hora y en los momentos menos apropiados.