Los sistemas electorales
son una creación humana. Es inevitable que cualquier sistema electoral, al haber
sido creado bajo determinadas condiciones, para lograr ciertos fines y fomentar
determinados valores, ejerza cierta influencia en el sistema político en el cual
viven los ciudadanos. No es la panacea, a pesar de que puede estar protegido dentro
de una constitución. Así, es un asunto de debate público y, si fuese necesario,
objeto de reforma política.
Un programa de
educación cívica proporcionará a los ciudadanos algunos de los argumentos en favor
de determinados sistemas, y las ventajas y desventajas de su propio sistema. Esto
tendría que ser realizado sin realizar proselitismo a favor de uno u otro sistema
en caso que ello socavara gravemente la fe de los ciudadanos en su propio sistema
electoral o pusiera en desventaja a los que promueven los méritos de cualquier otro
sistema, mediante estereotipos.
Sin esta educación
más general, el debate público sobre los sistemas electorales puede llegar a ser
irracionalmente acalorado, y muy rápidamente pasar de la consideración del contexto
en el que las elecciones deben realizarse y del sistema adecuado, a un partidismo
que recuerda a los 'big-endians' y 'little-endians' de los Viajes de Gulliver. (Nota de traducción: en Liliput, los 'big-endians'
o 'ancho-extremistas' abrían un huevo cocido por el extremo más grande; mientras
que los 'little-endians', por el más pequeño).
Una vez que un
sistema electoral ha sido seleccionado, los nuevos electores necesitarán una explicación
de su funcionamiento. Cuando se reforme un sistema, los educadores tendrán el reto
particular de explicar el nuevo sistema, dado el profundo apego que la ciudadanía
desarrolla a sus propios sistemas y su resistencia al cambio. Los sistemas electorales
parecen tener el mismo apego entrañable que ocurre con la moneda los pesos y las
medidas —el cambio generacional parece ser más efectivo que la educación.
Los educadores
están a menudo fascinados por la política y las elecciones —se trata de una vocación
y de una afición, y los secretos de los sistemas electorales parecen ser especialmente
seductores. Hay una tentación de convertir las oportunidades para educar a la ciudadanía
sobre un sistema electoral en particular en un viaje de terminología específica
a través de demasiados detalles. Las necesidades de la audiencia se pierden dando
preferencia a debates sobre fórmulas de cuotas, información complicada de cartografía
de distritos electorales, negociaciones entre los partidos políticos y los organismos
electorales acerca de la constitución de listas de candidatos cuando ocurren vacantes,
y así sucesivamente. Aunque ciertos grupos de personas tienen que saber de tales
asuntos, los educadores deben primero establecer las necesidades y el nivel de la
audiencia.
La trampa de los educadores
A
continuación algunos elementos básicos que son esenciales:
- ¿Por qué se ha elegido el sistema actual?
Es cierto que la
razón por la cual un país tiene un sistema de representación proporcional (RP),
de mayoría relativa (MR) o de voto único transferible (VUT) —por mencionar los sistemas
parlamentarios más populares– puede estar perdida en las brumas del tiempo. Un país
puede tener un colegio electoral, en vez de una elección presidencial directa, por
motivos más relacionados con la falta de ciertos avances tecnológicos, tales como
teléfonos, sistemas de transporte transcontinentales seguros y rápidos, como automóviles
y aviones, servicios postales confiables y otras formas más modernas de comunicación,
que con cualquier otra razón de fuerza. Aún así, hay condiciones y valores sociales
que sostienen el sistema actual en su lugar, si ha existido antes, o que explican
el porqué se ha adoptado recientemente. Vale la pena explicar estos asuntos, porque
pueden hacer referencia a importantes conceptos políticos de equidad, historia y
lucha por la expansión del sufragio, la representatividad y responsabilidad.
- ¿Qué opción enfrentarán las personas en
la cabina de votación?
Al momento de votar,
las personas se enfrentan a diferentes sistemas electorales que presentan consecuencias
distintas. ¿Verán una lista de los partidos políticos o habrá más bien una lista
con los nombres de los candidatos? ¿Tendrán la oportunidad (como en Suecia) de seleccionar
un partido político en la papeleta para entonces ver la lista de candidatos de ese
partido político y expresar sus preferencias entre esos candidatos?
Los electores no
deberían encontrar sorpresas cuando lleguen a la cabina de votación. Deberían saber
qué clase de decisión se les pedirá que hagan, particularmente cuando se les requiera
escoger entre varias opciones, sea en una sola papeleta de votación compleja o en
una serie de papeletas, como puede ocurrir en sistemas mixtos o en múltiples elecciones
que tienen lugar el mismo día.
El saber qué decisiones
van a tener que tomar el día de votación ofrece a los electores orientación respecto
a qué deben prestar atención durante la campaña electoral. ¿Tendrán que hacer una
elección binaria –un partido u otro; este candidato o el otro– o que expresar un
rango de preferencias? En el primer caso, los electores podrían desarrollar algunos
criterios de decisión basados en la exclusión; en el segundo caso, prestar atención
a diferentes aspectos de los planteamientos políticos de cada partido que les interese.
Independientemente de la forma en que los electores escojan sus preferencias, adoptarán
estrategias con base en la manera que las opciones les son presentadas por el sistema
electoral.
- ¿Cómo es que sus votos se convierten en escaños?
Una vez que los
educadores han dominado los mecanismos de conversión, que son más complicados para
los sistemas de RP y de VUT, aunque también pueden tener complicaciones en los de
MR en cuanto a votos empatados, o en las elecciones presidenciales directas en relación
a las elecciones de segunda vuelta, tienen que encontrar formas de explicar tales
mecanismos mediante una combinación de metáforas y de escenarios. Los sistemas de
RP son a menudo explicados en términos de deportes individuales donde los participantes
reciben premios por llegar en primer lugar, o segundo o tercero y así sucesivamente.
En los sistemas de MR, los educadores hablan de ganadores y perdedores. Al elaborar
las metáforas, se debe tener cuidado de no elogiar de más a aquellos que han vencido
–después de todo, éstos tendrán que representar incluso a quienes decidieron no
concederles su voto– y de encontrar la manera en que los perdedores de las elecciones
sigan siendo respetados y se den cuenta de que no todo está perdido, de lo contrario,
la posibilidad de viciar el resultado puede aumentar.
Los escenarios
pueden tomar ejemplos tanto de la realidad como de situaciones ficticias –normalmente,
más seguras– y muestran cómo los diferentes números de votos se convierten en determinado
número de escaños. Los sistemas de RP, en particular, se benefician de estos tipos
de ejemplos, aunque los sistemas mixtos, que son cada vez más populares, a menudo
se explican mejor en esta forma, pues salir ganador para obtener proporcionalidad
puede tener consecuencias diferentes en función del número obtenido de escaños por
MR.
- ¿Qué pueden esperar los electores de los partidos
durante la campaña y a quién es probable que encuentren?
Los partidos políticos
se han vuelto cada vez más sofisticados en la gestión de sus campañas. Utilizan
datos demográficos y de encuestas para planificar sus interacciones con posibles
votantes. Sin embargo, es más probable que los sistemas de MR se caractericen por
sus campañas locales en las cuales los candidatos son presentados y perfilados y
sus méritos y plataformas son resaltados. Al final de una elección, el elector es
capaz de reconocer a alguno de los candidatos que resulta elegido. Los electores pueden ver las diferencias entre la cobertura de los medios
de comunicación local centrada en su candidato, y la cobertura de los medios nacionales
centrada en los dirigentes y programas de los partidos, o en los “escaños marginales”,
donde es posible o probable una diferencia. En los sistemas de RP se concentran
en la imagen del partido y, en los países en que las papeletas electorales tienen
la cara del dirigente del partido político, también en esa persona. El perfil del
partido es lo más importante, y a menudo, el que las listas de candidatos pueden
y deberían ser evaluadas, pasa a segundo plano.
Los electores
querrán saber si vale realmente la pena interrogar a un candidato sobre su política
personal o si las convenciones partidarias van a tener mayor poder. Por otro lado,
los electores podrían buscar un candidato poco ortodoxo si consideran que su éxito,
ya sea como independiente o dentro de un partido, va a sacudir el poder establecido.
- ¿Cómo se presentará el parlamento después de la elección?
En la educación
electoral se presta muy poca atención a los resultados de una elección, no sólo
en lo que respecta al equilibrio del poder, sino también en sus implicaciones de
gobernabilidad. En sistemas de RP, el elegir a muchos partidos pequeños puede dificultar
el que hayan gobiernos estables. En los sistemas de MR, el papel que el candidato
elegido tiene de continuar la representación de su distrito, provincia o estado
puede ser clave para la forma en que un votante elige. Los electores necesitan saber
cómo funciona el parlamento y qué poderes tiene, así como cuáles son las potestades
individuales que los representantes tienen, y su relación con cualquier otro poder
ejecutivo elegido por separado.