En
todo el mundo, los movimientos de educación popular vinculados a la
democratización o a la vida en comunidad han sido establecidos de acuerdo a
planes de estudio autónomos y locales. A menudo se ejecutan sobre la dinámica maestro-estudiante,
donde los maestros son personas de una posición peculiar en la comunidad. Van desde
lo que se llama “escuelas de iniciación” en partes de África, pasando por escuelas
religiosas que son usuales en comunidades judías e islámicas, hasta escuelas
asociadas con sindicatos de trabajadores y movimientos sociales o políticos
particulares. Recientemente, las organizaciones de la sociedad civil han desarrollado
formas de consolidar sus varios
programas educativos a corto plazo en componentes residenciales más extensos
bajo la premisa de que tendrán impacto a más largo plazo.
Algunos
de los más recientes hacen recordar un movimiento en particular, cuyos protagonistas
consideran haber tenido un impacto significativo en el desarrollo de la
democracia en los países escandinavos. Hay una continua promoción de estas
ideas, y de las instituciones populares que la apoyan, en los países en
desarrollo. Es útil, por lo tanto, analizar el modelo de educación popular de
tal vez mayor duración e institucionalización de todos los asociados directamente
con la democracia.
La
primera escuela popular abrió sus puertas en Dinamarca en 1844 a instancias de Nikolaj
Grundtyig, y estas “escuelas para la vida” organizadas alrededor de un solo
profesor, un hogar y una pequeña comunidad de estudiantes internados,
rápidamente se convirtió parte de la vida democrática de los países nórdicos.
En
la actualidad hay escuelas en varios países que están firmemente basadas en los
principios de Grundtyig, y otras que, aunque mantienen el nombre de escuela popular
o escuela superior popular, han evolucionado en gran medida como instituciones
de formación profesional con cierta inclinación hacia la naturaleza política del
trabajo y hacia una firme relación con el gobierno en la ciudad o región donde
se encuentren.
En
sus primeras manifestaciones había una relación directa entre la
democratización de las sociedades nórdicas y las escuelas populares. Las
segundas estaban planeadas para “avivar e instruir, pero primero y más
importante para avivar” (Christen Kold, 1866), e insistieron en controlar su
propio plan de estudios en un momento cuando la educación formal en general se
extendía lentamente y sin un impacto inmediato en las clases trabajadora y
campesina.
Con
el tiempo, las escuelas superiores populares desarrollaron un nicho social particular
en momentos en que los individuos se familiarizaban con su situación y
exploraban su nuevo rol en la sociedad, queriendo desarrollar una nueva
habilidad, o entrando a una nueva fase en su vida. Existe un interés particular
por las personas con necesidades de educación especial y en las comunidades de
inmigrantes. Diferentes escuelas populares tienen diferentes especialidades e
intereses, pero todas ellas operan de acuerdo a una ética descrita recientemente
por el director de la Escuela Superior
Popular Alma en Suecia como:
- una educación gratuita y liberal para
adultos
- que sea voluntaria e informal, aunque impartida
a través de una institución formal
- que las instituciones operen bajo la
premisa de que todos los ciudadanos son libres e independientes y que tienen
derecho a participar en todos los aspectos de la sociedad democrática
- que se creen las condiciones en que las
personas persigan libremente el conocimiento
- que se estimule la curiosidad y el
pensamiento critico
Las
primeras escuelas populares alentaron el canto, el uso del lenguaje común, y el
entendimiento de la política y la vida pública. Esta educación es de provecho
holístico, pero no es de utilidad desde la óptica de que no sólo se centra en
habilidades de trabajo o en la superación de exámenes. Muy pronto estos
principios fueron adoptados por el movimiento obrero así como por las escuelas,
y el movimiento de las escuelas populares hoy en día todavía tiene aceptación
social y apoyo a pesar de la educación formal universal.
El
movimiento de las escuelas populares está relacionado con el de los círculos de
estudio, que implica que grupos autodidactas de adultos que se reúnen
periódicamente para aprender una destreza o estudio de una cuestión o tema se
organizan alrededor de un animador. Estos círculos de estudio fomentan la autogestión,
el aprendizaje permanente y el obtenido en particular de los demás en un
contexto de colaboración y de igualdad. Los círculos de estudio, por lo tanto,
proporcionan oportunidades eficaces y de bajo costo para la educación adulta y
el desarrollo del capital social.