Información específica y funciones educativas
Las autoridades electorales designarán al personal para administrar
y conducir los programas de educación e información al votante. La organización
de estas oficinas dependerá de la naturaleza de la autoridad electoral, es
decir, de si es un organismo temporal o permanente, del mandato que se le haya dado
para la creación del programa y de la magnitud del mismo. Igualmente, dependerá
de si el programa corresponde a una elección en específico o de si es parte de
uno de educación cívica, así como de si sólo está dirigido a los posibles
votantes o puede incluir a la población infantil.
Cualquiera que sea el caso, habrá personal que tendrá la función
específica de conducir los programas educativos e informativos. También existirán
funcionarios responsables de las relaciones con los medios, otros encargados de
la capacitación del personal electoral y otros más de manejar las relaciones humanas.
Finalmente, habrá personal de la autoridad electoral que también tendrá que desarrollar
un papel de comunicación social.
La coordinación de las comunicaciones y el desarrollo de un
programa educativo será una tarea importante al interior de la propia autoridad
electoral. Los educadores deben jugar un papel en esta actividad y no deben ser
vistos únicamente como funcionarios. Todo lo que la autoridad electoral comunique
tendrá un impacto sobre las percepciones, actitudes y conocimiento de los votantes.
El manejo cercano permite a la autoridad electoral limitar los traslapes y los gastos
innecesarios de recursos.
La autoridad electoral nacional es solamente una parte de
la organización jerárquica de la administración electoral. Existirán funcionarios
educativos, de relaciones públicas y capacitadores en los niveles más bajos y mucho
más cerca de las mesas de votación. También será importante manejar su interacción
y comunicación.
Impacto del comportamiento organizacional y público
El programa educativo tiene que ser considerado dentro de
un contexto más amplio. Cada funcionario asociado con la autoridad electoral tiene
un papel que jugar a la hora de educar al público. De hecho, lo hacen aunque no
sea esa su intención. La manera en que se comportan e interactúan con el público
durante el registro electoral, al recibir quejas y al manejar las mesas de votación
puede ser de gran valor educativo o socavar las motivaciones de los votantes. Será
necesario que las autoridades electorales se aseguren de mantener una actitud neutral
y profesional, y que sea congruente con los mensajes públicos que están siendo comunicados
sobre las elecciones y sobre las autoridades electorales.
Fuera de esta condición general –que uno puede considerar
como el currículum secreto de la autoridad electoral– existe también una función
educativa importante en la que pueden participar los funcionarios, y para la cual
necesitan recibir capacitación e información suficiente que les permita desempeñar
este papel, que deben prepararse con tiempo para que sean efectivas.
Además de información oportuna, la designación anticipada
de los funcionarios encargados de las mesas de votación a nivel local, en particular,
asegurará que personas en las comunidades locales sean identificadas con el proceso
electoral y, por ende, que serán capaces de auxiliar a los votantes que viven cerca
de ellos.
Los
funcionarios electorales como educadores
Siempre hay dos formas en que los funcionarios pueden tratar
a los electores. Una, comportarse como si el elector tuviera que conocer o buscar
la información que necesita con el fin de obtener el servicio, y dos, proporcionarle
el conocimiento requerido, ya sea de manera verbal o mediante la señalización adecuada,
tomando en cuenta sus necesidades.
Es posible realizar esto en cualquier etapa del proceso electoral,
inclusive a través de la interacción con los votantes en el sitio mismo de votación.
Ciertamente, los funcionarios pueden apoyar de manera significativa al programa
educativo electoral si están capacitados no sólo para su trabajo específico sino
también para manejar los paquetes de información básica al votante.