El reto para los educadores con respecto a los grupos
aislados y nómadas es hacerles llegar los mensajes de la educación al votante en
una forma que les haga sentido para que los acepten.
Aislamiento
Los retos que impone el aislamiento son menos severos una
vez se ha establecido algún contacto, el cual puede requerir el uso de la radio
o el envío de materiales a centros de distribución o transmisión cercanos. En
algunos casos, se deben utilizar los sistemas de distribución de servicios
gubernamentales generales —salud o servicios comerciales como suministros alimenticios.
En este sentido, puede resultar útil adaptar el empaque de comida para enviar
mensajes de educación al votante.
Debido a que los grupos aislados pueden ser pequeños, los
costos deben ser valorados en función de su tamaño y relevancia política. Empero,
el empleo de estrategias de "uso compartido" puede ayudar a ahorrar
dinero y a ofrecer un servicio profesional.
Nómadas
Los grupos nómadas representan un mayor reto debido a la
relación que tienen con un estado específico. Si esta relación es fuerte,
dichos grupos se desplazarán a los lugares donde se estén efectuando las
elecciones y donde puedan obtener información o educación al votante. Por el
contrario, si la relación es débil, se deben desarrollar estrategias para
lidiar con dicho problema. Para esto se pueden utilizar materiales portátiles
en el lenguaje apropiado. Puede ser necesario capacitar a miembros de la
comunidad nómada y a educadores que viajen con ellos.
Si bien los miembros de las comunidades nómadas pueden
elegir no participar en la política electoral, es más fácil asumir esa opción a
implicar a la sociedad dominante en una política de exclusión. Es importante
determinar cuál es la posición que más peso tiene para el aislamiento social.
En todo caso, los educadores deberán analizar cuidadosamente lo anterior, así
como analizar muy bien sus propias opiniones y suposiciones antes de descartar
una intervención educativa.