La
tarea global de educación cívica y electoral ha llegado a una etapa donde, como
resultado de los esfuerzos hechos por fundaciones internacionales, es difícil
separar la colaboración de organizaciones en el sur tradicional de aquellos en
el norte.
Gran
parte de la experimentación y la innovación en la educación cívica y electoral
es realizada en el sur por instituciones locales. En partes del mundo, este
trabajo es financiado por presupuestos nacionales y fondos de solidaridad
local, pero muchos siguen siendo financiados por instrumentos internacionales de
ayuda para el desarrollo.
Existe,
sin embargo, un incremento en el número de fondos regionales para la democracia
y las elecciones, algunos en manos privadas y otros establecidos por
organizaciones regionales intergubernamentales. Aunado al intento de creas
fuentes de financiamiento locales, el flujo de la capacidad intelectual a
través de las misiones de observación electoral, el que se compartan las experiencias
en cuanto a mejores prácticas, y la movilidad de los académicos, personal de ONGs,
empleados civiles y administradores electorales ha significado que la
colaboración internacional para la educación y el apoyo electoral no se limite
a la transferencia de recursos del norte al sur.