El negocio de los negocios puede ser buen negocio. No
obstante, para realizarlo los intereses comerciales tienen que ir de acuerdo
con la estabilidad y prosperidad del mercado y su reputación a los ojos de los
consumidores presentes y futuros. Aquellos que consideran sus intereses de
largo plazo también se preocuparán por cultivar ciudadanos educados y
responsables.
Las elecciones son también, de alguna u otra forma,
sustanciales empresas comerciales, así que hay el doble de razones para que las
empresas se conviertan en un recurso importante para los educadores. La empresa
privada no debe ser considerada únicamente como un donante, aunque pueda serlo.
Debe ser igualmente considerada como socia en el negocio y como apoyo en las
áreas que tienen que ver con equipos técnicos secundarios y altos funcionarios,
instalaciones, personal, material, etc. En algunos casos, se puede estimular a
las grandes empresas para que desarrollen programas educativos independientes o
bajo la tutela de la autoridad electoral.
El sector privado puede ser tan amplio y diverso en la
mayoría de los países como lo es la sociedad civil. La actividad económica
puede incluir "pregoneros" y representantes multinacionales,
campesinos vendiendo su excedente y otras formas de agro-industria. La variedad
de estas actividades económicas se está expandiendo, aun cuando cada compañía
independiente prefiere sin duda alguna (como desearía cada político) ser el
único jugador en el campo.
Por lo anterior, no se puede considerar al sector privado
como un monolito. Cualquier evaluación del sector como un recurso tendrá que
considerar las particularidades del país en vez de tomar una visión
predeterminada de lo que se puede alcanzar. Se
tendrá que examinar hasta qué punto el sector privado tiene intereses
partidistas, y cómo éstos pueden superarse para contribuir a un programa
apartidista. De igual forma, habrá que tener en cuenta la imagen pública de los
negocios de la comunidad y el grado en el que ésta puede afectar la
credibilidad y legitimidad del programa.
Los educadores también
deberían ver más allá del sector privado, ya que puede haber algunas
organizaciones sin fines de lucro de la sociedad civil con intereses
comerciales, empresariales y profesionales. Para más información sobre estos
tipos de asociaciones, véase La
sociedad civil organizada como un grupo de interesado en la educación electoral.
Es difícil imaginar, sin embargo, que en un país sea
posible operar una campaña de educación nacional sin el apoyo del sector
privado, aunque sólo sea financiero.