Las
evaluaciones son costosas. Aún cuando sean llevadas a cabo por el personal,
requieren de un tiempo valioso. Cuando son realizadas por personal externo,
normalmente incluye equipos internacionales y nacionales que necesitan de
sueldos, alojamiento y transportación aérea.
Una
vez que el equipo esté ubicado, surgen costos relacionados con la recolección
de datos, las encuestas a nivel nacional e internacional, el trabajo de campo,
las entrevistas con los involucrados, y las reuniones para realizar consultas.
Por
lo general, los estudios de evaluación deben tener un presupuesto asignado de entre
1 y 3% del presupuesto general del programa. En algunos casos, puede requerirse
dinero adicional. Es poco probable que se pueda realizar una evaluación con muy
poco dinero, aún cuando ésta se realice a nivel interno. Los programas que no son
costosos, y que quizá tampoco haya la intención de mantenerlos, deben
considerar el tipo de evaluación que se pretende efectuar.
En
tales casos, las reuniones con el personal son suficientes para evaluar el
programa, con base en una serie de preguntas:
- ¿Qué funcionó bien?
- ¿Qué puede mejorarse?
- ¿Qué cambiaríamos si volviéramos a
hacerlo?
Cuando
una pequeña parte del programa educativo se transforma en un presupuesto
importante, los educadores deben considerar la modalidad más adecuada para
gastar los fondos asignados de la mejor manera para obtener una evaluación que
resulte útil.
Rápido y sencillo, o profundo y bien pensado
Los
investigadores pueden alargar las evaluaciones por largos periodos de tiempo.
La utilidad del reporte requiere buena información en el menor tiempo posible.
El
tiempo y los costos deben ser considerados cuidadosamente. Puede parecer cierto
que entre más tiempo y dinero se invierta, mejores serán los resultados. Sin
embargo, esto no siempre es cierto, por ende debe evaluarse si dichos
resultados estarán listos a tiempo para el desarrollo de la política y para la
planeación futura.
Por
lo general, las evaluaciones tienden a ser, como es de esperarse, rápidas y sin
mayores complicaciones. Cuando hay más en juego, y cuando hay más dinero
disponible y un programa más grande a evaluar, los evaluadores deben contemplar
la posibilidad de hacer un estudio más profundo.
Ambas
modalidades tienen sus ventajas. Sin embargo, hay mucho por hacer, y sólo se
tiene cierto tiempo y dinero. ¿Cuál debe ser la elección?