Los educadores pueden reducir el esfuerzo necesario para
conducir un programa si identifican grupos de personas que tengan efecto sobre
otras sin que el programa educativo les ponga mayor atención. Existe un modelo
estratégico de planeación que afirma que todas las actividades pueden medirse
bajo dos escalas —esfuerzo e impacto. Si los educadores electorales usan esta
escala encontrarán que pueden definir cuatro tipos de trabajo:
- programas que requieren mucho esfuerzo
y que tienen un alto impacto
- programas que requieren mucho esfuerzo
y que tienen un bajo impacto
- programas que requieren menos esfuerzo
y que tienen un alto impacto
- programas que requieren muy poco
esfuerzo pero que también tienen muy poco impacto
El "esfuerzo" puede definirse de acuerdo al uso
de recursos (personas, dinero, equipos) y la complejidad del programa. El "impacto"
puede ser definido como el logro de objetivos establecidos donde éstos resultan
en un cambio de actitud o comportamiento, o el desarrollo de habilidades o
conocimiento de la audiencia con la que se trabajó. Así, es obvio que un educador
inteligente deseará llevar a cabo programas que reduzcan el esfuerzo mientras
que incrementan el impacto.
La selección de los grupos de alto impacto tiene que ser
hecha con cierta humildad, porque es un arte más que una ciencia. De manera que
los educadores podrían estar convencidos que se han escogido tales grupos, cuando
en realidad se hizo usando como elemento de exclusión la reducción del esfuerzo
y no porque el educador sabe que se incrementará el impacto.
¿Qué están buscando los educadores?
Como regla general, los educadores buscarán personas (o
grupos de personas) que tengan fácil acceso a otras y que posean autoridad
dentro de ese electorado. Que cuando hablen, las personas crean en la seriedad
de lo dicho. Igual de importante es que tengan grupos de personas que deseen
escucharlos.
También puede que busquen personas que tengan el poder de
diseminar determinados mensajes a electorados particulares. Puede que sean
maestros, entrenadores o comunicadores. O puede que, dada su posición en una compañía
o institución, estén en capacidad de movilizar a dichas personas.
Las ventajas de invertir tiempo en identificar a estos
grupos de personas, y después prestándoles especial atención, son obvias.
Sorprendentemente, los educadores continúan preparando programas generalizados
haciendo uso de aproximaciones con "estímulos aislados" a pesar del
hecho de que esto pueda resultar más costoso, aun cuando parezca más barato por
votante alcanzado.
Los costos rara vez tienen en cuenta los efectos
multiplicadores gratuitos que pueden conseguirse a través de programas
especializados para grupos de alto impacto.