El Costo de la democracia
La democracia tiene un precio: el costo de celebrar elecciones periódicas. La Comisión Electoral de Australia calculó el costo de las elecciones federales de 1996 en 4.76 dólares australianos por cada uno de los 11'655,190 votantes.4
Las elecciones de 1995 en Dominica costaron 10.11 USD por cada uno de los 37,187 votantes.5 Si bien a todas las naciones les gusta dar publicidad internacional a sus credenciales democráticas, de las cuales la celebración de elecciones libres y justas es una parte central, las elecciones a gran escala no resultan baratas, particularmente si están acompañadas de campañas masivas de registro electoral y educación a los votantes. Para estar en condiciones de hacer frente a los costos de cada proceso electoral, se necesita preparar un presupuesto global con anticipación y obtener autorización para los gastos requeridos.
Panorama general
Los administradores electorales son mejores para administrar las elecciones, mientras que el personal que está debidamente capacitado en asuntos contables y financieros es el mejor para formular presupuestos y controlar costos. Trabajando juntos, estos profesionales pueden preparar un presupuesto global realista para el proceso electoral y establecer sistemas adecuados para vigilar sus costos. Al contar con un presupuesto y un sistema de vigilancia, se pueden reconocer y manejar de manera oportuna los sobregastos, ya sean a través de recortes o de la solicitud de fondos adicionales.
Si se va a considerar un nuevo sistema, ya sea para administración financiera o algún otro proceso, hay que tener conciencia de que incorporar cualquier nuevo sistema puede implicar altos costos adicionales. En consecuencia, es crucial preparar las debidas estimaciones presupuestales, incluyendo fondos para la capacitación del personal y las pruebas del sistema. Quienes ya hayan operado un sistema similar estarán en condiciones de compartir sus experiencias, incluyendo ideas sobre cómo reducir los costos al mínimo.
Si bien algunos países hacen todo lo que esté a su alcance para estar a la par o superar a otros en su nivel de sofisticación tecnológica, hay que tener en mente que los procesos sencillos cuestan menos. El objetivo debe ser brindar una elección que satisfaga las necesidades del país con los medios disponibles. Si no hay demandas por una tecnología sofisticada o sus beneficios invertir en esa tecnología seguramente será visto como un dispendio. También hay que tener en cuenta las necesidades y capacidades de los usuarios finales. El personal temporal a cargo de una mesa de votación puede no ser capaz de usar un sistema que parece sencillo para el personal profesional de tiempo completo, en cuyo caso invertir en ese tipo de sistemas puede constituir un enorme dispendio de recursos.
Al final del proceso, es útil revisar todos los costos, poniendo atención especial en aquellas áreas que costaron más de lo previsto y en aquellas que costaron menos. Al revisar aquellas que costaron más, el administrador electoral y su personal deben ser capaces de desarrollar procedimientos más simples que reduzcan los costos. Este es el mejor momento para empezar a desarrollar un presupuesto para la siguiente elección. Informar a los legisladores que son responsables de fiscalizar el presupuesto sobre los resultados de la revisión post-electoral y de los planes para reducir ciertos costos para la próxima elección, puede hacerlos más receptivos a eventuales solicitudes de incremento del presupuesto e incluso a planes de inversión a largo plazo en otras áreas.
Personal
Debido a que el trabajo electoral es intensivo, es muy probable que el relativo al personal represente el mayor costo de la elección. Entre más complejo sea el proceso, mayor será el personal (y costo) requerido y más amplio (y costoso) el proceso de capacitación. La sección sobre Nombramiento y Capacitación del Personal contiene una serie de sugerencias para minimizar los costos de los oficiales en las mesas de votación. Una vez más, el mensaje es que los procesos sencillos reducen costos.
Equipo y accesorios
Los materiales electorales pueden ser costosos. Las papeletas de alta calidad son un buen ejemplo. Es muy importante evaluar cualquier característica que represente un valor agregado al costo original de un artículo y realizar una rigurosa evaluación sobre su necesidad. En el caso de las papeletas, si se adquiere papel especial (como marca de agua) a efecto de evitar un determinado tipo de fraude, hacerlo en una situación donde el fraude fuese imposible representaría un dispendio.
Debido a que las elecciones no ocurren cada semana, a menudo el almacenamiento y mantenimiento representa un costo considerable. Cada vez son más las comisiones electorales que usan urnas y mamparas de cartón, ya que son fáciles de transportar e instalar, sus costos de entrega son relativamente bajos y, cuando concluye la elección, el cartón es reciclado, eliminándose los costos de almacenaje. Ahora bien, en aquellos casos donde el costo de almacenaje es bajo o inexistente, un equipo durable puede ser una mejor solución de costo-beneficio en el largo plazo. Es importante evaluar las opciones y realizar una selección informada.
Automatización
Entre los principales beneficios de automatizar las elecciones pueden figurar el de eliminar el tedio en la ejecución de tareas repetitivas, incrementar la velocidad del escrutinio de resultados o facilitar el acceso a la información. Pero una vez más, se pueden incrementar los costos de la elección en el corto plazo: son comunes los presupuestos de decenas de millones de dólares para introducir sistemas automatizados para la elección a nivel nacional. Las ventajas de la automatización pueden, bajo ciertas circunstancias, superar ampliamente las consideraciones de costo y un sistema bien planeado de automatización se paga a sí mismo e introduce gran calidad y consistencia.
Cuando se revisan los planes de proyectos de automatización es importante reconocer que un nuevo sistema puede ser instrumentado paso a paso en la medida en que se cuenta con fondos disponibles. No hay necesidad de automatizar el proceso de un solo golpe. El registro de electores es a menudo el primer elemento a ser automatizado, ya que involucra un proceso repetitivo de integración e impresión de información estandarizada que se vuelve mucho más fácil si se automatiza. Actualmente existen numerosos sistemas automatizados para el registro de electores, por lo que los costos (incluyendo los necesarios para adaptar un sistema existente a circunstancias particulares) pueden ser comparados y evaluados.
Los sistemas de votación por pantalla digitalizada o de Registro Electrónico Directo (RED), con transmisión electrónica de resultados a un centro donde son instantáneamente procesados y exhibidos, son mucho menos comunes y mucho más caros que los sistemas simples y tradicionales, la mayoría de los cuales comprenden la lectura de papeletas marcadas y perforadas. Muchas de las funciones administrativas estandarizadas (contabilidad, nómina, compras, distribución) también pueden ser automatizadas.
Calidad
Lo mejor no es necesariamente lo más caro. En efecto, en la mayoría de los casos lo opuesto está más cercano a la realidad: lo mejor es lo mas económico capaz de ajustarse a las necesidades del país. En el periodo entre elecciones, los organismos electorales permanentes tienen la oportunidad de investigar y comparar los costos de procesos alternativos. La sección dedicada a las papeletas, (ver Desarrollo de Papeletas, Formularios y Procedimientos) muestra varias opciones para diferentes diseños y procedimientos. La clave para controlar los costos es seleccionar el sistema correcto para mantener el procedimiento simple.