Los administradores electorales deben utilizar las últimas elecciones como el punto de partida para planear la próxima elección y asegurarse de que se realice una evaluación objetiva de cada uno de los elementos que conforman el proceso electoral. Diríjase a Resolución de Disputas y planeación estratégica.
El proceso debe ser un ejercicio abierto e inclusivo que recabe información de todos los participantes y aproveche la oportunidad para revisar las acciones que podrían ser emprendidas en el nivel administrativo y que podrían requerir cambios legislativos. Los principios guía 3 y 4 relativos a la transparencia del proceso (ver Principios Guía) y el hecho de que el proceso electoral debe ser diseñado para satisfacer las necesidades de los votantes, se debe aplicar especialmente a la evaluación post-electoral.
El proceso de la evaluación puede adoptar varias formas incluyendo:
- Evaluación por expertos externos
- Evaluación emprendida de manera separada por cada grupo de participantes en la elección
- Evaluación de la elección mediante un taller en el que estén representados todos los participantes en el proceso.
Una evaluación participativa puede ser más eficaz tanto en términos de incluir a todos los representantes involucrados en el proceso como de lograr un control juicioso del número de participantes, locaciones, etc. Esto también puede ser el método de evaluación de mayor eficacia en términos de costo - efectividad 28.