Invitaciones
La ley electoral puede otorgar derechos específicos a los observadores, sujeto ello a que notifiquen su actividad a la dependencia de gobierno o autoridad electoral competente, evitando así que la invitación no se convierta en un procedimiento formal. Se puede atender a los observadores domésticos a nivel local en lugar de a nivel nacional, pero para asegurar la debida consistencia se recomienda que sea una organización o instancia nacional la que se encargue de las acreditaciones, o por lo menos la que fija las disposiciones que se tienen que aplicar a nivel nacional.
Las invitaciones deben incluir pormenores sobre las elecciones o sobre todo lo que respecta al proceso, esto es, el periodo durante el cual tendrá lugar; los preparativos que se espera que realicen los observadores en lo que se refiere a hospedaje, viajes y otros arreglos domésticos; las atribuciones que tienen; los procedimientos de acreditación e información; las personas que pueden contactar a nivel local y nacional y los tiempos que tienen disponibles para atender a los observadores. El señalamiento claro de "las reglas" desde el inicio evitará el surgimiento de problemas posteriores.
Existen muy pocos casos en que un gran número de observadores visite un país durante un proceso electoral (por ejemplo, varios en cada sitio de votación), y hoy en día es más común que haya equipos pequeños de observación más sofisticados y concentrados. Todavía existen algunas excepciones a la regla, tales son los recientes casos de las elecciones en Bosnia / Herzegovinia (1997), en Sudáfrica y Mozambique en 1994 y poco antes en las de Camboya (1993). Una observación electoral de la magnitud de la llevada a cabo en Namibia (1989) es muy poco común hoy en día y probablemente nunca vulva a ocurrir otra vez. En el caso de Namibia, los observadores (o, de manera más precisa, los supervisores del procedimiento de votación) provenían de una gran variedad de fuentes y países y su número fue casi igual al de oficiales electorales, de tal forma que cada etapa del proceso de votación fue vigilada cuidadosamente. La diferencia entre los supervisores y los observadores es un poco académica - el término supervisor o vigilante describe con más exactitud el desempeño de muchas personas en Namibia, quienes estuvieron instaladas en un solo sitio de votación y su trabajo consistió en observar el proceso, o parte de este, durante los días en que se efectuó la votación.
¿Por qué se invita a los observadores?
Existen varias categorías dentro de las que se puede ubicar a los observadores y las actividades de observación. Estas son:
- Cuando los observadores simplemente observan el proceso y reportan a sus propias organizaciones lo que han visto durante el proceso.
- Cuando los observadores vigilan y reportan a sus organizaciones, las cuales posteriormente publican el reporte o le comunican a la autoridad electoral o a otras organizaciones sus puntos de vista sobre el proceso.
- Cuando se espera que los observadores emitan colectivamente una conclusión sobre la libertad y equidad del proceso electoral y decidan en esencia si acreditan o no esas elecciones.
- Cuando los observadores están presentes más por su interés por aprender sobre el proceso electoral que por acreditarlo.
La decisión de invitar a los observadores puede ser tomada únicamente por el gobierno o por la autoridad electoral nacional como una forma de demostrar a nivel nacional e internacional que las elecciones en el país están abiertas a un escrutinio independiente y objetivo, además del escrutinio que se lleva a cabo dentro del propio país y en el cual los observadores domésticos pueden desarrollar una función importante. Existen también casos en que donantes extranjeros u otras fuentes externas que apoyan actividades dentro del país, ponen como condición a asistencia adicional o futura que se permita alguna forma de observación externa del proceso democrático.
Los observadores experimentados pueden hacer comentarios sobre la manera en que se podría mejorar el proceso electoral.
¿Qué se espera de los observadores?
Debe existir un claro entendimiento tanto de parte de quienes invitan o designan a los observadores como de los observadores mismos sobre lo que se espera de ellos, ya sea si observar, avalar, aprender, retroalimentar de manera privada o pública, o bien mediar, así como sobre cuales son sus obligaciones.
Aunque en muchas ocasiones una organización tomará la iniciativa de organizar la distribución de los observadores y las tareas que realizarán, en otras serán varias las organizaciones involucradas por lo que existirá una cierta "competencia" y duplicidades entre ellas. Esto puede ser inevitable, pero resulta obviamente frustrante para las autoridades electorales y para la comunidad internacional la carga de trabajo y de presión adicional que esto impone sobre los administradores electorales durante un período clave en que tienen que acreditar a los observadores y responder a todas sus preguntas. Al acreditar o designar a los observadores es necesario que exista un claro entendimiento de lo que se espera. ¿Observarán los aspectos técnicos, es decir, los procedimientos electorales, el proceso de votación, el escrutinio y computo de los resultados, o el proceso electoral en su conjunto, incluyendo aspectos relacionados al financiamiento de las campañas, a la cobertura de los medios de comunicación y, en general, a todas las condiciones sociales que existen en el país?. Esto último requiere una operación mucho más extensa y una mayor variedad de habilidades de los observadores. También requiere un enfoque diferente por parte de la autoridad electoral ya que los observadores estarán observando aspectos del panorama social, que usualmente está más allá del alcance de la autoridad electoral - por ejemplo, el acceso a los medios de comunicación.
Es necesario que haya un acuerdo claro con el gobierno y la autoridad electoral sobre las atribuciones y facilidades de que dispondrán los observadores. En algunas ocasiones los observadores hacen simplemente eso, es decir, observarán y escucharán sobre el proceso, pero no cuestionarán ni tomarán una posición activa en los conflictos electorales ni en los casos en que consideren que hubo violaciones a las leyes y/o regulaciones electorales.
Lo más usual es que los observadores tengan facultades para hacer preguntas a los oficiales electorales, a los electores o a otros individuos involucrados en el proceso electoral, como los candidatos, dirigentes y representantes de los partidos políticos y miembros de los medios de comunicación, pero sus preguntas deben tener como único propósito obtener información y no el opinar si consideran que las actividades en cuestión resultan acordes o no con la ley electoral. Puede ser relevante para los observadores recolectar información sobre lo que consideran que podría ocurrir o no durante el proceso electoral para comunicársela a las autoridades electorales, al gobierno o a la comunidad internacional. Sin embargo, los observadores pueden colocarse en una posición difícil si se percibe que están asumiendo una función de juez o árbitro en el manejo de las impugnaciones electorales. Es particularmente importante garantizar que los observadores estén totalmente enterados de los límites de sus facultades y de lo que pueden y no pueden perseguir.
Confianza de los ciudadanos
Otro aspecto que muchas veces puede justificar la invitación de los observadores a lo que seguramente será una elección bien organizada, es el elemento de "confianza" que se les puede transmitir a los ciudadanos, particularmente en los casos donde puede haber críticas marginales o de algún partido o candidato en específico.
Códigos de conducta para los observadores
Después de la Conferencia de Estocolmo de 1995 25 se preparó un anteproyecto de Código de Conducta de los observadores electorales, que es probablemente el más importante en su género, véase Observer Code Of Conduct - IDEA Ofrece guías sobre asuntos importantes, como si los observadores deben actuar como mediadores - este es un aspecto clave para determinar cuando se designa a los observadores -o si desempeñan alguna función en la emisión de lineamientos para la interpretación de las leyes y regulaciones electorales. El Manual de Observación Electoral de la OSCE, véase Election Observation Handbook - OSCE ha sido actualizado en varias ocasiones. La versión que aquí se reproduce es la de 1997, la cual se beneficia de muchos años de experiencia y las referencias que contiene sobre condiciones para la invitación de observadores; el código de conducta de los observadores, así como a las fases preelectoral y post-electoral son particularmente útiles.
Normas personales de los observadores
También existen principios importantes que los observadores deben tomar en cuanta cuando se les remiten invitaciones. Por ejemplo, los conflictos de interés que pueden surgir por un involucramiento previo en actividades comerciales en el país, asimismo los problemas de salud y de lenguaje pueden reducir de manera significativa la capacidad de un observador para formular juicios objetivos.
La invitación a los observadores
En resumen, la invitación del país anfitrión a otros gobiernos u organizaciones debe señalar claramente las reglas y las obligaciones de los observadores, asimismo las invitaciones que las organizaciones hacen a cada observador deben comunicar la misma información y explicitar los desempeños esperados. Es muy recomendable el envío a cada observador del código de conducta convenido y de los términos de referencia conducentes.
Acreditación
Es esencial que todos los observadores de un proceso electoral estén debidamente acreditados. La acreditación debe realizarse a través de la autoridad electoral o de la dependencia de gobierno competente a nivel nacional; como requisito mínimo los observadores deben contar con un documento de identidad. La acreditación de los observadores nacionales puede realizarse a nivel local. Cuando hay grandes cantidades de observadores, tanto la acreditación al momento de la llegada al país como la que se puede efectuar al momento de visitar por primera vez la oficina electoral ofrecen ventajas.
La acreditación de un gran número de observadores que no están bien organizados puede significar un proceso muy lento y tedioso para cualquier gobierno nacional, comisión u oficial electoral.
La acreditación de los observadores también debe reflejar lo que se espera de ellos. Cuando los observadores se concentran en aspectos técnicos deben reunirse principalmente con las autoridades electorales, pero cuando desempeñan la función de vigilar el financiamiento de las campañas electorales, el trabajo de los partidos políticos o el desempeño de los medios de comunicación, pueden necesitar acreditaciones que hagan más claras sus habilidades individuales y las razones para involucrarse en ese tipo de actividades, ya que esto podría no quedar muy claro para la gente a la que acerquen en busca de opiniones o información.
Reuniones informativas con los observadores
Pueden ser llevadas a cabo por la comisión electoral, por la dependencia de gobierno competente o por la organización que los acredita. Idealmente todas las instituciones competentes deberían estar involucradas. Se debe aclarar totalmente a los observadores qué es lo que se espera de ellos, con qué accesos cuentan al proceso, qué reglas deben respetar y qué se espera de su reporte. Una reunión informativa y el suministro de materiales les facilitará a los observadores y a todos los involucrados en el proceso la realización de sus labores. Es recomendable incluir en este proceso a los representantes de los partidos políticos, a los medios de comunicación, a los organismos no gubernamentales y a otros involucrados en las elecciones. Es necesario que los observadores tengan información general sobre los aspectos internos, sociales e históricos del país, así como sobre el proceso electoral.
Despliegue de grandes grupos de observación
Aunque hoy en día es menos común, cuando llega un grupo grande de observadores a unas elecciones en particular, puede ser necesario organizarlos organizados en grupos de trabajo conjuntos y con programas estructurados para el periodo electoral. Este procedimiento tiene ventajas en términos del manejo de un grupo grande de observadores, pero también puede ofrecer una panorámica más limitada al observador individual.
Cuando los observadores forman grandes grupos, el nombramiento de una persona de enlace encargada de la comunicación con las autoridades electorales es útil para ambas partes.
Para mayor información ver Observación Electoral.