El tiempo empleado para entender a los electores que cumplen
las condiciones necesarias para participar en una elección ayuda a garantizar que
el programa de educación electoral responda adecuadamente a las necesidades del
electorado, lo cual es el principal objetivo y que no sólo cumpla con algunas de
las nociones pre-concebidas de los que se encargan de educar a los electores.
Aún cuando regularmente se celebran elecciones, los educadores
no pueden pensar que saben todo lo necesario acerca de un electorado particular
para la próxima elección. Siempre existirán quienes votan por primera vez. Esto
puede abarcar a los jóvenes que justo han alcanzado el requisito de la edad para
votar, a los que han recientemente han adquirido la ciudadanía y que tienen derecho
a votar por primera vez. O puede incluso significar que electores apáticos se han
dinamizado por una cuestión en particular, candidato, o por los esfuerzos de los
partidos políticos para “sacar el voto”.
Además,
no hay grupo de electores, ni sistema electoral que debiera considerarse estático.
Incluso aquellos que han votado en el pasado pueden tener nuevas preocupaciones
y pueden haber desarrollado nuevos estilos de vida socioeconómicos. Dichos factores
pueden marcar la diferencia frente a la necesidad de lo que se debe comunicar y
cómo se debe comunicar. Además, pueden producirse cambios en el sistema electoral,
como el uso de nuevas tecnologías o cambios en el diseño de la papeleta de votación
para permitir un mayor número de candidatos o iniciativas públicas, lo que necesita
ser destacado y explicado a través de la educación.
Los acontecimientos recientes en el estado de Florida, durante
las elecciones presidenciales del 2000 en los EE.UU., demuestran cómo, incluso en
un sistema electoral relativamente desarrollado, la insuficiencia de educación electoral
tanto a votantes con experiencia de votación, como para los que votan por primera
vez puede tener importantes consecuencias en relación con la eficiencia de la administración
de elecciones, la eficacia de cada votación, y la determinación de los resultados
electorales.
Como se señaló anteriormente, en sociedades en transición
y países en desarrollo hay un gran número de razones para llevar a cabo programas
de educación electoral. Puede deberse a la juventud de la población, la expansión
del derecho al voto, o incluso a la novedad de las elecciones en todos o algunos
de los niveles, de manera que habrá un número importante de ciudadanos que
voten por primera vez. También pueden haber cambiado radicalmente el marco constitucional
y legal de las elecciones, así como los procedimientos para el registro electoral.
Sumado a información más específica, que será considerada
en el apartado Evaluando las
necesidades del elector, quienes planean la educación deberán contar con
datos demográficos confiables, los cuales incluyen:
- dónde vive
la gente
- cuánta gente
vive allí
- normas culturales
y religiosas
- niveles
de educación y escolaridad
- niveles
de participación de los electores en elecciones anteriores