Los ciudadanos y votantes que se encuentran fuera del
país, cuando no es por su propia voluntad, representan un gran reto para los
programas de educación al votante. En algunos casos, puede haber muy poca gente
dentro de esta categoría, pero en un gran número de Estados que han
experimentado serios conflictos internos, existen grandes contingentes de
personas que ha elegido exiliarse o se ha convertido en refugiados.
A pesar de que algunas de estas personas tienen los
recursos para volver por su propia cuenta a su país antes de las elecciones, es
probable que muchas otras necesiten ayuda para su repatriación y que ésta sólo
pueda ocurrir poco tiempo antes del día de las elecciones, e incluso después,
lo que en todo caso requiere arreglos electorales fuera del país. De hecho, la
información sobre la elección y los sistemas de gobierno, así como los
preparativos posteriores deben asegurarle a este grupo que el regreso es en
realidad una opción que vale la pena tener en cuenta.
Por ende, se tienen que desarrollar programas de
educación electoral para estos grupos. Puede ser más fácil instrumentarlos en
situaciones donde los grupos pueden ser identificados, y puede no ser posible
para algunos exiliados que tendrían que identificarse y buscar por su propia
cuenta la información.
Es importante entender las razones por las cuales todos
estos grupos abandonaron el país, la forma en que están siendo tratados en su
lugar de residencia (incluyendo su condición legal), así como las
organizaciones que pueden estar trabajando con ellos.
Afortunadamente, el movimiento de grandes grupos de
refugiados a través de las fronteras trae consigo esfuerzos de apoyo y
asistencia, aún cuando los involucrados en estas acciones sienten que tienen
muy poco poder y recursos. Las soluciones políticas que plantean posibilidades
reales de repatriación siempre son bienvenidas, y permiten que las
organizaciones estén más dispuestas a obtener y repartir materiales sobre
educación al votante.
Servicios y canales de apoyo a los refugiados
Por la misma razón, y a pesar de que es muy poco probable
que el votante refugiado en lo individual haga uso de estos servicios, las
comunicaciones electrónicas a través de Internet y los boletines de noticias
computarizados pueden ser herramientas útiles para que las organizaciones que
se encuentran en lugares lejanos obtengan información. Otros métodos serían las
transmisiones radiales y la distribución masiva de panfletos.
Otro método podría consistir en capacitar al personal
operativo responsable de las comunicaciones y servicios sociales para que
pudieran responder las preguntas relacionadas con las elecciones. Estas y otras
tácticas similares significan que los educadores deberían estar involucrados en
los esfuerzos organizacionales generales para traer de vuelta a los exiliados y
repatriar a los refugiados, de manera que puedan participar de estos programas
e integrar los respectivos materiales y mensajes junto con los otros que deben
ser comunicados. También utilizarán sus capacidades para evaluar si los métodos
de comunicación propuestos en el programa surten los efectos deseados.