Es esencial adoptar una postura apartidista, aunque muy
difícil de llevar a cabo, durante un esfuerzo tan partidista como lo es una
elección. Aquellos que eligen la ruta del apartidismo imponen ciertas
restricciones a su comportamiento.
La
importancia de la competencia
Una elección es una competencia por el poder. Existen
muchas organizaciones que dan apoyo a los candidatos, de manera tanto activa
como pasiva, a través de firmas de adhesión, donaciones y su participación en
actividades de campaña. Esta es una parte normal de las campañas electorales. La
participación de un gran número de personas estimula el interés en las
elecciones e incrementa su visibilidad. Esto, a su vez, motiva a los votantes e
incrementa la posibilidad de que cada uno de ellos reciba buena información
sobre los candidatos.
De hecho, una contienda animada es un prerrequisito de las
elecciones. No se le puede reemplazar con programas informativos o con una
educación al votante neutral. Aquellos que apoyan las elecciones y la
democracia, necesitan comprometerse aún más para asegurar una contienda justa,
abierta y libre.
Como resultado de los asuntos escandalosos o confusos que
entrañan ciertas elecciones, es posible que los candidatos quieran imponer
ciertos límites sobre la información que reciben los votantes, y respecto a los
sitios donde se distribuye esta información, para poder manejarla de acuerdo a
su conveniencia. En situaciones donde los votantes se mantienen alejados de los
candidatos como resultado de la inequidad de recursos o la segregación
geográfica o de clases, dicha información puede resultar sesgada y no del todo
precisa.
En situaciones donde hay acceso total a la información,
es muy difícil que los candidatos puedan desarrollar un monopolio en la
comunicación con los votantes. No obstante, el enfoque apartidista tiene un
papel que jugar en la información y educación al votante. Ésta es claramente la
posición de una autoridad electoral, que está interesada en el proceso
electoral y no en sus resultados. También puede ser la posición de las
organizaciones de la sociedad civil. Este apartidismo permite a las
organizaciones servir a todos los votantes, sin importar sus preferencias
políticas.
Consecuencias del comportamiento apartidista
El apartidismo durante una elección puede implicar la
necesidad de mantener el silencio con relación a los temas políticos que
dividen a los candidatos, ya que asumir una posición en estos casos puede
favorecer a un candidato más que a otro. Empero, es improbable que esto esté
acompañado por una total neutralidad con respecto a los temas públicos durante
el periodo de elecciones. Las organizaciones apartidistas asumen, en efecto,
posiciones con respecto a temas que pueden tener algún impacto sobre las
elecciones, tales como la conducta de los partidos, pero lo harán sin temor ni
beneficios.
El apartidismo puede resultar difícil
En algunos casos, las organizaciones se ven obligadas a
tomar decisiones políticas. Por lo que algunas deciden supervisar las
elecciones en vez de ofrecer educación al votante. Otras eligen educar e
intentar estimular a aquellos que no tienen impedimentos para emitir juicios
sobre la elección. Los distintos miembros de las coaliciones pueden, de hecho,
adoptar estrategias distintas. En un consorcio, lo más probable es que haya
concordancia entre los miembros. Aquellos que deciden asumir una posición
apartidista, aseguran que ésta se mantendrá de la siguiente manera:
- seleccionado y entrenando personal que
no tenga un alto perfil político dentro de su comunidad, y que sea capaz
de proyectar una posición apartidista sin importar cuáles sean sus
inclinaciones políticas;
- hablando en público sólo acerca de
aquellos asuntos relacionados con el proceso electoral, y no sobre
aquellos que puedan afectar la percepción de la gente acerca de los
candidatos;
- asegurándose que el material que se
utilice no favorezca a uno de los candidatos, revisándolo con ellos
siempre que sea posible;
- comunicándose regularmente con los
dirigentes de todos los partidos participantes acerca de los programas y
buscando retroalimentación.
Estrategias
adicionales
En algunos casos, los programas de educación al votante o
de capacitación especial pueden crear cuerpos consultivos integrados con
representantes de todos los partidos participantes. Tales cuerpos pueden
asegurar que ninguno de los partidos vaya a ser favorecido, al igual que pueden
ayudar a que los candidatos y el programa sean honestos. Otros programas pueden
estar vinculados directamente a una autoridad electoral o ser reconocidos por
la misma. Empero, finalmente, lo que asegura que las personas más importantes
—los votantes— confíen en los mensajes ofrecidos por los programas de
educación, es la integridad de la organización para mantenerse leal a los
objetivos apartidistas e independientes en apoyo a la elección y su capacidad
para articularlos con firmeza y frecuentemente.