Los actos legislativos electorales generalmente disponen que las autoridades electorales o que el gobierno en sí, desarrollen regulaciones para controlar los procedimientos de votación. Dichas regulaciones comúnmente incluyen detalles sobre el papel y las funciones de los funcionarios, la manera como los votantes pueden o no recibir asistencia, y otros detalles pertenecientes al acto de votación y la conducta que deben tener los candidatos en su campaña electoral. En ocasiones éstas regulaciones pueden parecerse a grandes bosques donde los votantes y los educadores pueden llegar a perderse, y en algunos casos, hasta enredarse en el maleza legislativa.
Regulaciones de Tiempo
Las regulaciones por lo general siguen la legislación. No obstante, éstas regulaciones pueden contener detalles que obligan a los educadores a redefinir de manera significativa sus programas. Los simulacros de elección, por ejemplo, pueden requerir conocimientos detallados sobre los procedimientos en los puestos de votación. Cuando las regulaciones siguen la legislación o se someten a continuas revisiones, la cantidad de tiempo para que los educadores formulen programas completos es limitado. Hubo ocasiones en las cuales las regulaciones fueron cambiadas después de lanzar un gran programa de educación, llevando a la confusión general el día de las elecciones - opuesto totalmente a lo que el programa intentaba.
Detalles
Las regulaciones por lo general no están diseñadas para los votantes como para los funcionarios y administradores. En algunos casos, pueden estar diseñadas para limitar la discreción de los empleados de los puestos de votación, simplemente porque los administradores sienten que no pueden confiar en estos empleados o en el entrenamiento que recibieron. Cualquiera que sea la razón, las regulaciones detalladas buscan estorbar a los educadores, quiénes pueden tener problemas siguiendo estos detalles en sus programas. De otra parte, los votantes que se sienten inseguros frente al proceso de votación pueden sentir la necesidad de conocer los detalles, así éstos sean relevantes o no.
Como resultado, los programas educativos se pueden ver enredados en tecnicismos, sacrificando los principios generales y las claras instrucciones.
El Papel del Educador
Los educadores por su parte, desearán escudriñar cuidadosamente todas las regulaciones y asegurarse que recibirán el borrador y el proyecto final de las regulaciones (sin confundir una con otra). En el borrador, los educadores desearán comentar cómo afectan las regulaciones la tarea educativa. Con el borrador final, los educadores tendrán que usar los programas educativos para transmitir correctamente los detalles de las regulaciones, y, si es necesario, enmendar los resúmenes y materiales educativos para asegurar la precisión de los mismos. Si los cambios autorizan, ellos considerarán caminos para reeducar a aquellos que ya pasaron por el programa inicial. Probablemente lo más importante, es que los educadores pueden presionar a las autoridades para que se publique el documento completo y final de las regulaciones tan pronto como sea posible y a que se apeguen a ellas a pesar del deseo por hacer lo contrario.