Los programas educativos que se han establecido partiendo de cero, y particularmente los programas de educación al votante en elecciones de transición, pueden llevar a la creación de nuevas organizaciones e instituciones porque puede no existir ninguna especializada en dichas formas de educación. Posiblemente haya ocasiones en que esto se haga necesario. La proliferación de nuevas organizaciones para la educación cívica en Europa del Este y en Latinoamérica puede sugerir que esta es la dirección apropiada. La dificultad para establecer nuevas instituciones es usualmente subestimada, no obstante, es necesario dejar pasar el tiempo antes de asegurarse que éstas son sostenibles y que pueden posicionarse en la dinámica política y social del país. Por tanto, los educadores desearán considerar si existen o no instituciones capaces de desempeñar las labores educativas que sean complementarias a las suyas, así como instituciones educativas que puedan emprender los intereses curriculares específicos del programa educativo.
Razones en pro de las organizaciones o instituciones existentes
Las instituciones existentes poseen infraestructura, reputación, contactos y clientela. Sus equipos conocen el contexto dentro del cual tienen que operar. Dichas instituciones pueden ser débiles o limitadas en su programa o perspectivas. Pueden tener restricciones en los recursos que posiblemente impiden la instrumentación de todos sus programas o la posibilidad de incrementar su equipo. Pueden igualmente tener restricciones legales; tanto sobre las áreas de operación como sobre el acceso a los recursos. No obstante, estos constreñimientos pueden usualmente superarse a través de la capacitación, a través del uso de presiones internacionales para incrementar el acceso, así como a través de la inversión en la organización.
Buenas razones para nuevas organizaciones o instituciones
Puede haber situaciones, sin embargo, en las que no existen organizaciones apropiadas. Dentro de las razones apropiadas para decidir fundar una nueva institución, están que la decisión sea tomada por un representante o grupo de participantes bien informados que incluya a aquellas instituciones que de otra forma podrían encabezar un programa. Otra buena razón es la inexistencia de instituciones disponibles dada la naturaleza del país y su historia política. O que si existan instituciones pero que estén absolutamente comprometidas o sean muy ineficientes. Esta evaluación debe realizarse con mucho cuidado.
Razones que no justifican la creación de nuevas organizaciones o instituciones
Sin embargo, hay momentos en que aquellos que desean llevar a cabo un programa educativo pasan por alto a determinadas instituciones por razones equívocas. En primer lugar, puede que simplemente no estén haciendo sus tareas y no se hayan dado cuenta que hay instituciones que pueden reformarse, transformarse o informarse de tal forma que se vuelvan útiles. En algunas ocasiones se han fundado organizaciones sin importar la existencia de otras que tienen metas e infraestructuras apropiadas. También existen personas que deciden fundar instituciones porque no tienen la energía o la confianza para negociar con las instituciones existentes. O pueden existir determinados prejuicios que impiden una verdadera interacción con determinadas instituciones. Inclusive hay personas que forman nuevos programas de educación electoral porque desean adueñarse de éstos, o porque sienten que no pueden apoderarse de instituciones existentes de la misma manera como lo hacen con un programa nuevo.
Ninguna de éstas es una razón lo suficientemente válida en situaciones donde hay recursos limitados, y donde un programa debe implementarse bajo la aceptación nacional general. Estas razones pueden terminar generando competencias por los recursos y, peor aún, por los participantes en el programa, dejando un legado de arreglos institucionales debilitados y complejos tanto en el sector público como en la sociedad civil.