Los educadores no siempre tienen que agradar a todas las personas cuando están conduciendo un programa que soporte las elecciones y la democracia. Sin embargo, para lograr que un programa sea exitoso y para asegurar su rentabilidad y su efecto multiplicador, tienen que mantener el interés de todo el mundo.
Lo anterior tiene que hacerse a través del establecimiento y mantenimiento de canales de comunicación entre el personal involucrado y el programa.
Reportes
Los reportes regulares dirigidos a aquellos que proporcionan el presupuesto pueden incluir una carta, una serie de informes y consultas, y reuniones regulares entre los líderes de los equipos y los representantes de la comunidad de involucrados.
Grupos consultivos o de Asesoría
En algunos casos, es posible establecer uno o más grupos consultivos entre los involucrados que se reúnan regularmente. A pesar de lo difícil que resulta mantener el interés en estos grupos si no tienen poder de decisión, es posible desarrollar un conjunto de grupos fuertemente enfocados y representativos.
Por ejemplo, un grupo puede revisar y brindar asesoría sobre una campaña publicitaria, otro sobre el contenido de los mensajes, y un tercero sobre un código de conducta y el monitoreo de la efectividad del programa.
Dichos grupos son más que grupos de enfoque, puesto que con el tiempo se establece una relación con los socios. Los grupos requieren atención; organizarlos y después ignorarlos puede ser peor que no organizarlos.
Si se establecen tales grupos, deben permanecer abiertos a nuevos miembros, aun cuando éstos deban cumplir ciertos criterios. Los miembros que representan a los socios deben identificarse y asistir a las reuniones con cierta regularidad, de lo contrario cada reunión se convertirá en un evento educativo y no en un discusión continuada.
El esfuerzo es importante
Todas estas estrategias son importantes, puesto que un programa de educación, particularmente uno conducido sobre un periodo de varios meses, no puede pasar por alto la buena voluntad y el entendimiento del programa que puede haberse generado en las discusiones iniciales. Los puntos de vista de los participantes cambian de acuerdo con la experiencia del programa, los cambios en el entorno externo, y algunas veces los cambios dentro del mismo grupo. Así pues, es necesario encargarse constantemente de la legitimidad del programa.
Cuando se mantiene la atención de los participantes, un programa puede llegar a territorios que de otra forma no alcanzaría. El programa está protegido contra fallas de carácter político a medida que se va instrumentando (de otra forma, un aspecto del programa podría considerarse muy sensible o no lo suficientemente sensible), existiendo un sistema de alerta que asegura que la información que reciben los líderes del programa no proviene únicamente de su propio personal (ver Coordinación y Control).