Debido a la importancia de la medición del impacto, los evaluadores y los educadores deben remitirse a los estudios básicos. Estos estudios deben ser utilizados para tener un rango de métodos a partir de los cuales se establece un punto de partida para el programa, para así poder determinar si ha habido algún cambio a raíz del mismo.
Esta sección sugiere distintas formas para obtener una base de información, al igual que explica lo que se debe hacer cuando ésta no es posible.
Es mejor establecer esta base, o punto de partida, antes de instrumentar el programa y por supuesto mucho antes de llevar a cabo la evaluación. Es posible recordar la forma como eran las cosas, pero la memoria está estrechamente relacionada con las percepciones del presente y con las aspiraciones futuras.
Con suerte, podría descubrirse que un estudio hecho por alguien más es contemporáneo con el punto de partida del programa. Sin embargo, dejar todo a la suerte o a la memoria no es la mejor política.
Dificultades para medir la base
Muchos estudios trabajan con el supuesto de poder determinar qué información es relevante, cuál puede estar sujeta a cambios como consecuencia del programa, qué información puede ser recolectada y analizada lo suficientemente rápido sin que haya experimentado algún cambio antes de que el programa haya sido instrumentado.
Existen grandes supuestos, como por ejemplo: cuando hay mucha información, la instrumentación es más fácil. Un programa diseñado para la construcción de una escuela puede contar el número de colegios existentes, instrumentar el programa y contar de nuevo. Un programa de educación al votante puesto en marcha en lugares donde la gente nunca ha votado, debe tenerle confianza al hecho y puede medir el desempeño de la votación durante la primera elección.
Cuando un gran número de factores están afectando los estudios básicos, resulta mucho más difícil establecer cuáles son estos estudios por lo que se puede requerir una considerable investigación y habilidades analíticas.
Sin embargo, aún desarrollando un programa con carencias como modelo de trabajo, da mejores resultados que no tener idea de donde debe estar el punto de partida del programa y de cómo saber si su instrumentación ha tenido algún impacto.
Recolección de los estudios básicos
Existen dos formas para obtener estudios básicos. Cuando ninguna de estas dos formas es posible, los educadores deben medir la necesidad de los estudios básicos al conducir su primer programa.
Puede resultar mucho más eficiente, en términos de costos, penetrar el campo sin entender el contexto por completo y sin la habilidad de evaluar el impacto en su totalidad, para que así los datos obtenidos en el primer ciclo puedan también ser utilizados en el segundo.
Elecciones periódicas
La observación periódica anual es posible cuando hay elecciones regulares y cuando existen programas de educación institucionalizados a favor de las elecciones y la democracia. En la medida en que se acumule la información, es más fácil identificar las tendencias, comparar los resultados del programa y transferir las lecciones aprendidas de un programa a otro.
Lo anterior puede hacerse únicamente cuando se mantiene un buen registro de las elecciones y cuando existe una continuidad dentro de la organización (así sea una autoridad electoral o una organización no gubernamental) que está a cargo del programa.
Datos para la evaluación del contexto
A pesar de que se puede llevar a cabo un programa educativo sin haber hecho un análisis del contexto, esto significa que el programa va a tener un enfoque muy limitado y que sus resultados pueden no ser tan efectivos. Desarrollar una evaluación del contexto garantiza que toda la información necesaria para el estudio básico esté donde debe estar.
El programa tendrá a su disposición toda la información sobre los votantes o los ciudadanos en relación a sus necesidades educativas e información geopolítica que aunque tiene como objetivo principal facilitar el programa, también puede ser utilizada por los evaluadores.
De hecho, la relación entre la evaluación y el control del contexto es simbólica. El objetivo principal de un programa educativo es la continuidad cíclica que le permite que gran parte del trabajo entre a formar parte de la rutina.
De esta forma, cabe la posibilidad de un mejoramiento continuo del programa y del ciclo de investigación para mantener la información sobre los participantes y el electorado objetivo.
Desafortunadamente, muchos programas educativos a nivel nacional no se repiten en intervalos regulares para lograr lo anterior. En los países donde no se ha institucionalizado la educación cívico-electoral, los programas a gran escala se deben rehacer y ser pagados cada vez.
Cuando no se pueden establecer unos estudios básicos
Se puede dar el caso en que no sea posible establecer unos estudios básicos confiables. Aún así la evaluación se puede llevar a cabo, incluso los estudios que causan impacto también pueden darse dentro de este contexto.
Una evaluación puede estar diseñada con base en una serie de ciclos para que la misma área o asunto en cuestión pueda ser revisada en varias ocasiones durante distintos periodos del programa. Los evaluadores también pueden hacer comparaciones entre áreas similares, donde haya una que no haya pasado por el programa y otra que sí.
Existen un sin número de técnicas de estudios sociales que pueden funcionar. De hecho hay muchos evaluadores que trabajan con base en este supuesto. Sin embargo, aquellos que quieren estudiar el impacto de un programa educativo a través del tiempo deben trabajar muy duro para poder establecer unos estudios básicos significativos.