Recomendaciones
Las evaluaciones formativas y las evaluaciones agregadas formulan ciertas recomendaciones. Sin embargo, las que resultan al final de un reporte acumulativo llevan una doble carga. En primer lugar, deben recibir la aceptación general; y luego esperar su instrumentación en un programa futuro.
La instrumentación y la comunicación de las recomendaciones es esencial para el éxito de la evaluación. A menos que éstas sean tomadas en cuenta con seriedad y tengan impacto sobre los trabajos futuros, el desarrollo del estudio de evaluación habrá sido en vano. Es este el caso en que las recomendaciones, a pesar de lo que digan los términos de referencia, necesitan de un juicio sobre la efectividad del programa. Resulta sorprendente ver como un reporte que escasamente describe el impacto del programa no es siempre bien recibido. La institución que contrata un servicio de evaluación quiere un reconocimiento y una afirmación, al igual que sugerencias para su futuro accionar.
A pesar de que la evaluación puede descubrir una amplia gama de cosas interesantes, el desarrollo de las recomendaciones está restringido por los términos de referencia o por las alteraciones negociadas del mismo documento.
Probar las recomendaciones
Antes de entregar el reporte final, los evaluadores deben probar las recomendaciones que planean hacer con un grupo representativo de participantes. En el caso de que haya recomendaciones para futuros programas, los evaluadores deben interactuar con aquellos que pueden probar la validez y la viabilidad de la propuesta.
Si la propuesta tiene implicaciones de personal o de organización, puede ser necesario poner a prueba la posibilidad y la validez con un experto externo. Cuando no es posible, la recomendación debe incluir sugerencias sobre como se puede hacer un trabajo adicional antes de su instrumentación.
Dirigir las recomendaciones
Las recomendaciones que no son dirigidas a una agencia con capacidad para instrumentarlas pueden ser de interés general, pero se convierten más en sermones que en propuestas para políticas específicas. Si en el momento de diseñarlas no queda claro quienes deben instrumentarlas, se debe ponderar entre varias posibilidades para conocer con exactitud quien estará a cargo durante la prueba o durante la fase final de reporte.
En el caso en que sea necesario, una recomendación puede ser formulada como una doble propuesta. Dicha propuesta puede decir: "Este cuerpo debe investigar y dirigir la creación de un comité permanente para la evaluación del programa."
Estructurando las recomendaciones
El equipo de evaluación debe organizar un conjunto de recomendaciones a partir de la evaluación, para que éstas sean fáciles de entender y capaces de ser priorizadas con el tiempo.
Algunas recomendaciones son fáciles de iinstrumentar sin causar ningún tipo de controversia. Éstas deben ser identificadas de esta forma. Para el evaluador, éstas tienen la ventaja de establecer un compromiso con el reporte sin requerir mayor inversión por parte de los destinatarios del reporte.
Las recomendaciones más importantes deben ser separadas de aquellas que son opcionales. Las que tendrán un impacto significativo en el futuro deben estar separadas de aquellas que pueden ser utilizadas únicamente cuando resultan interesantes.
Calculando el tiempo de las recomendaciones y del reporte final
Las evaluaciones están sujetas al tiempo. Las recomendaciones individuales deben acompañarse de un calendario, especialmente si la evaluación incluye responsabilidades preliminares para la evaluación del programa.
Sin embargo, el reporte entero también debe tener límites de tiempo. Las recomendaciones reservadas por mucho tiempo después del reporte, lo vuelven menos relevante.
Planeación para la Instrumentación
La tarea de los evaluadores continúa. Mucho de lo que sugieren o escriben no es llevado a cabo. Aumentando la propiedad, legitimidad y confiabilidad del proceso evaluatorio es posible incrementar también la posibilidad de llevar a cabo estas recomendaciones.
También existe la posibilidad de que la instrumentación se realice sin tomar en cuenta el estudio evaluatorio; los evaluadores deben estar preparados para esta eventualidad.
Empero, hay momentos en que los evaluadores deben contemplar la posibilidad de trabajar junto con su cliente para establecer unos términos de referencia que les permitan planear para la instrumentación, y que de alguna forma el equipo pueda participar en dicha evaluación e instrumentación.
Los equipos que incluyen miembros del personal de la organización del cliente pueden tener más éxito en esto, al igual que las evaluaciones que han invertido tiempo para comunicar sus encuentros y que han discutido esto en un foro para la planeación junto con los involucrados.