Los programas de educación electoral plantean demandas específicas a quienes los instrumentan. Las demandas se incrementan si el programa está siendo desarrollado por una coalición.
El equipo bajo presión
El equipo encargado del programa educativo probablemente estará
- Enfrentando demandas y fechas de vencimiento díariamente,
- Presionado por aquellos quienes tienen ciertas expectativas de lo que debe y cómo debe hacerse,
- Enfrentando numerosas problemáticas con respecto al personal, dentro de las cuales se encuentran el acelerado crecimiento del tamaño de la operación,
- Encargándose de mantener el apartidismo y la neutralidad a medida que la campaña electoral se torna más compleja,
- enfrentándose a considerables demandas de relaciones públicas, dada la importancia de involucrar a los medios de comunicación nacionales y comunitarios en el programa.
Todo lo anterior se debe manejar en forma diplomática y apartidista, sin importar quién o qué ejerce la presión.
El líder del equipo
Los líderes de equipo también serán atacados con información proveniente de los encargados de conducir los programas educativos, a menudo con información negativa sobre el nivel de preparación de la ciudadanía o de la autoridad electoral. Asimismo, tendrán que manejar esto de tal forma que se mantenga la confianza en el proceso electoral.
Un acercamiento al liderazgo compartido
El liderazgo puede estar centralizado e incluso, puede asumirse como natural. Pero dadas las presiones antes mencionadas, tiene más sentido desarrollar un teoría de liderazgo compartido y funcional en el cual la responsabilidad y experiencia se diversifican y comparten sobre la base de competencias apropiadas.
Llegar a un liderazgo funcional y compartido no siempre es fácil. En última instancia no absuelve a los responsables de la llamada final, probablemente forzando a aquellos que están designados como líderes del programa a tomar decisiones regulares y ocasionalmente impopulares.
Hershey y Blanchard proporcionan un modelo útil de liderazgo situacional que no exime de sus responsabilidades al líder, pero que sí cambia la responsabilidad para diagnósticar los momentos apropiados para comportarse en cuatro formas diferentes.43
- Un modo directivo o eficaz
- Un modo persuasivo o de venta
- Un modo participativo o consultivo
- Un modo que permita delegar
Cada uno de estos modos está basado en el diagnóstico que el líder hace del grupo al cual es designado, mostrando disposición y siendo capaz de emprender y completar una tarea específica. En este modelo, un grupo puede estar calificado para realizar una actividad, y el líder puede delegarla y no tomar parte en ella.
El mismo grupo puede, frente a otras tareas, ser inmaduro o incapaz o no estar dispuesto a desarrollarlas. En este punto, el líder tendrá que adoptar su papel de directivo determinando lo que se debe hacer y diciéndole a las personas qué hacer y cómo hacerlo.